El cofundador de YouTube prepara Zeen, una aplicación de creación de revistas para tabletas. “Queremos que cualquiera exprese sus pensamientos en su tableta y lo comparta”, dice.
Chad Hurley (Reading, Pensilvania, 1977) era incapaz de dar dos pasos entre los asistentes a The Next Web en Amsterdam sin que algún emprendedor lo parase para contarle su última idea o pedirle consejo. Hubo incluso quien le regaló un ramo de flores con el que no terminaba de sentirse cómodo. Podría pasar por estrella del rock, tanto por estética como por la fama que lo precede, pero no, Hurley es una leyenda viviente del mundo 2.0, cuya invención marcó cambios sin paso atrás. Como cofundador de YouTube, revolucionó el panorama audiovisual, el cine y la televisión.
Su socio Steve Chen y él lo vendieron en octubre de 2006 por más de 1200 millones de euros a Google, pero sigue ejerciendo como consejero de YouTube. La única restricción que pone para la entrevista es precisamente no hablar de lo que inventó en el pasado, sino de lo que está por venir. Hurley ahora se centra en Avos, su nueva empresa, cuyo primer movimiento sonado consistió en comprar uno de los primeros servicios sociales, Delicious, hasta entonces en manos de Yahoo!
–¿Por qué compró Delicious?
–Porque nos parece que tiene sentido ayudar a ordenar la información interesante. Además, es una marca de reconocido prestigio. Cuando lo compró Yahoo! teníamos la sensación de que no tenía mucho cambio, de que se quedó estancado durante cinco años. Así que nos ayuda a empezar a trabajar con comunidades.
–¿Por qué cree que tiene vida todavía?
–Claro que sí. Hemos añadido más interacción. Inicialmente, Delicious funcionaba como una nube para albergar enlaces de manera personal. Queremos que se sigan guardando enlaces, pero introduciendo el concepto de selección social.
–Google se va de China y ustedes, al contrario, lanzan Mei.fm, un Delicious local, ¿por qué?
–Porque teníamos los contactos y la posibilidad. Si se puede entrar en China, hay que hacerlo, hay que dar el salto en lugar de ignorar su potencial; ser agresivos, destacar. Es una oportunidad demasiado grande como para dejarla pasar. Desde luego que es complicado asentarse allí, encontrar un equipo adecuado, comunicarse...
–De su próximo proyecto, Zeen, sólo se anunció el nombre. ¿En qué consistirá?
–Zeen va a funcionar en tabletas y va a ser limpio, fácil. Queremos reinventar el concepto de revista social. Delicious puede ser una parte, algo así como una base de datos, para este nuevo servicio.
–¿Podré hacer mi propia revista con Zeen?
–Dentro de unos meses lo verá, pero sí. Al igual que Delicious guarda los enlaces, Zeen mostrará el contenido de una forma novedosa y compartida, con gran riqueza interactiva.
–¿Podría decirse que van un paso más allá que Flipboard, la aplicación para iPad que convierte en revista los enlaces tomados de los contactos de Facebook y Twitter?
–Sí, puedo asegurar que dará la posibilidad de hacer revistas a todo el mundo, al margen de los proveedores profesionales de contenido. Queremos que cualquiera exprese sus pensamientos en su tableta y lo comparta. Algo diferente a un blog, a un video, a lo que encuentro en la red... Queremos hacer una revolución similar a YouTube en la creación de contenido.
–En los últimos tiempos la selección de contenido y los denominados curadores están cobrando mucha importancia. ¿Cuál es su visión al respecto?
–Considero que tenemos algoritmos maravillosos para escoger contenido, pero el aspecto humano marca la diferencia. Me temo que eso no lo supera ningún cálculo matemático.
–¿Cuál es su opinión de Pinterest, la tercera red social en Estados Unidos?
–Creo que proponen una experiencia visual interesante, que da una vuelta a lo que había hasta ahora sobre fotografía porque consiguieron un modelo de negocio que no existía, basado en un porcentaje de las ventas que consigan a partir de las visualizaciones. Por otro lado, está el aspecto demográfico, en el aplastante dominio del público femenino, algo envidiable para cualquier servicio.
–¿Y qué piensa de Storify? Si lo piensa detenidamente, ¿no cree que es algo que podrían haber creado a partir de Delicious? Al fin y al cabo, ustedes hospedan este selector de enlaces, sólo les faltó una nueva forma de mostrarlo.
–Es un producto muy interesante, lo reconozco, pero todavía muy de nicho. Con Zeen aspiramos a convertirlo en algún de uso común, en parte de la cultura popular. No queremos ser uno más, tampoco un complemento.
–¿A qué se dedica Avos, su nueva empresa?
–Podría definirse como el paraguas corporativo y técnico bajo el que construimos Delicious, Zeen e invertimos en proyectos que nos gustan. Google Ventures forma parte de los inversores principales, así que en algunas cuestiones nos portamos como su laboratorio de pruebas.
–¿Cómo ve la escena tecnológica en Europa?
–Creo que es uno de los pocos campos en los que hay cierto optimismo. Los servicios digitales son el futuro, crean valor por sí mismos.
–¿Qué debe tener una empresa para que Avos invierta en ella?
–No es necesario que tengan un gran conocimiento de su materia, pero sí me fijo en que sean un grupo de personas con una perspectiva diferente al resolver los problemas que todos tenemos delante. Me interesa lo diferente, la gente con pasión por lo que hace.
–¿Qué consejo le daría a un emprendedor?
–Que afronte la vida con confianza en sí mismo, que haga bien las cosas, pero que no es necesario estar todo el tiempo haciendo ruido y contándolo, que se dejen de conferencias, se sienten frente a la computadora y hagan lo mejor que sepan. Cuando un servicio es bueno, habla por sí mismo.
* De El País, de Madrid. Especial para
Página/12.