El precio está vinculado a la calidad y no se puede desvincular de ahí. La clave en los precios está en el valor neto que ofreces al mercado: cuánto das a cambio de cuánto. Evidentemente, para los consumidores el precio es siempre un coste, un sacrificio. Pero el precio debe ir en sintonía con la calidad que ofreces.
Emprendedores
Existe siempre la tentación de ganar cuota de mercado con un precio de penetración muy bajo. Se piensa que si se abre mercado, se pueden ir subiendo luego. Bueno, vale, pero piensa qué es lo que va a valorar tu cliente: ¿precio o beneficio que le aporta tu producto/servicio? Si valoran el beneficio que les reporta tu producto o tu servicio, no entres nunca en precios de lanzamiento. Si valoran sólo el precio, evalúa si te interesa ese tipo de cliente, si vas a ser capaz de cubrir la demanda, y cuánto tienes que vender para ganar dinero (que vendas mucho, recuerda, no significa que esa línea tenga por qué ser rentable). Vale, lo hizo Dell, pero porque tenía más margen: costes de estructura más bajos al eliminar intermediarios y eran otros tiempos: al final ha optado por vender también en los canales tradicionales. Y fíjate que, incluso habiéndolo hecho bien, Dell lleva años tratando de quitarse de encima la imagen de vendededor low–cost vendiendo servicios a pymes.
Si estás pensando en salir al mercado con precios bajos, ahí van cinco razones para disuadirte:
1.- Tu precio es el precio de referencia. Le dice al mercado cuánto vale ese producto para el emprendedor.
2.- Desaprovechas una oportunidad con los clientes que verdaderamente van a valorar tu producto. Los early–adopters siempre están dispuestos a pagar más por un producto/servicio.
3.- Va a provocar una reacción de la competencia. Si la tendencia es a bajar el precio, ten por segura una guerra de precios.
4.- Te arriesgas a una canibalización interna de tu cartera de productos. Si lanzas un nuevo producto que sustituye a otro producto de tu cartera de productos, subir el precio del nuevo es un error. Un precio más bajo contribuye a una transición más rápida de tus clientes del anterior producto al nuevo (y lo que a ti te interesa es una transición rápida). Eso si te quieres deshacer de esa línea de producto.
5.- Te arriesgas a ofrecer una mala imagen si luego lo quieres subir. Ojo con lo que haces el primer año. No puedes bajar y subir y bajar. Si vas a cambiar de estrategia a los seis meses tienes que asegurarte.
Paradójicamente, muchas veces las empresas pierden el potencial de los precios: podrían poner precios superiores. Se desaprovechan ganancias a través de precio. El mercado no es homogéneo y a veces las empresas pierden dinero por no discriminar precios: un mismo producto, vendido con atributos diferentes, se puede posicionar en otro segmento y se puede poner a otro precio, o se puede llevar a cabo una estrategia de precios múltiples a través de distintos canales y de distintos momentos de compra.