Menos de 25 y fundadores de su futuro
Empezaron temprano, en algunos casos durante la secundaria, a imaginar su propia empresa, y en el camino hubo de todo, desde ascensos meteóricos hasta fracasos rotundos, pero en algo todos estos jóvenes se parecen: no se rinden
En 2010, Alexis Caporale (que hoy tiene 23 años) fundó Bixti.com, la primera plataforma de compraventa de diseño, arte y artesanía para el mercado hispanohablante. "Mi mamá tiene el hobby de confeccionar productos textiles, y en un momento me pidió que le ayudara a vender por Internet. Así fue como con mi hermana publicábamos sus artículos en el site estadounidense Etsy.com, pero nos resultaba muy incómodo porque no estaba pensado para el usuario latinoamericano. Al detectar que en nuestra región no existía ninguna plataforma enfocada en productos artesanales, se nos ocurrió lanzarla por nuestra cuenta -explica este joven que por aquella época cursaba la carrera de Ingeniería Química, que luego abandonó para dedicarse por completo a Bixti-. Como yo no sé de programación le consulté a mis amigos qué opinaban acerca del proyecto y contratamos un software factory con ahorros familiares para que desarrolle el sistema. Durante ese tiempo recorrimos personalmente ferias y comercios de diseño para mostrar nuestra propuesta personalmente, de modo que en cuanto la lanzamos comenzamos a sumar usuarios", cuenta.
Caporale recibió una propuesta de Elo7, una plataforma similar, pero de origen brasileño, que finalmente compró su empresa. Hoy, este joven, en calidad de socio, tiene el rol de expandir el proyecto en toda la región.
EL TROPEZÓN QUE FORTALECE
"En octubre de 2008, mientras estudiaba ingeniería informática en el ITBA, me junté con unos amigos para desarrollar una plataforma similar a MercadoLibre, pero con funciones grafosociales, es decir, que recomendaba artículos sobre la base de elecciones de gente conocida. Pero no logró despegar. Con el tiempo modificamos el concepto y así surgió TiendaNube.com, un marketplace donde cada comercio monta su plataforma de e-commerce con su identidad de marca. Presentamos el proyecto a inversores y así conseguimos 300.000 dólares para lanzarlo en 2010", narra Martín Polombo, de 25 años, que hoy es director de producto de este sitio que cuenta con más de 25.000 tiendas.
"Antes de recibir la inversión hacíamos todo a pulmón. Por suerte nuestros viejos todavía nos bancaban y trabajábamos sin sueldo. A los primeros clientes los conseguimos gratis a través de amigos, hasta que sentimos la seguridad de brindar un servicio real, y ahí empezamos a cobrarlo", explica Polombo.
Tras dos años en la agencia de marketing SIA Interactive, Guido Sirna, de 22 años, renunció en 2010 para ponerle el foco a su propio emprendimiento. "Mientras cursaba el secundario en el colegio ORT desarrollé Arq Technologies, un software con el que gané en 2009 el premio del Ministerio de Ciencia, Industria y Tecnología de la Nación. Este software permite a los arquitectos ver cómo quedará una construcción caminando por el terreno antes de que comience a edificarse, gracias a unos anteojos especiales con la función de realidad aumentada. Pero no tuvo éxito comercial porque no puede lanzarse en serie. Ahí comprendí que debía pensar en algo basado en la Web", admite.
Luego notó dos tendencias. Que el uso de las redes sociales se estaba intensificando y que el e-commerce crecía a pasos agigantados. Así fue como diseñó Shopear.net, una plataforma basada en el concepto que surge de la combinación entre e-commerce y redes sociales, también conocido como social commerce . Para esto, Shopear cuenta con algoritmos que detectan los intereses de los usuarios a partir de su actividad en redes sociales, para aprender su comportamiento y vincularlos con contenidos relevantes.
¿SE HACE O SE NACE?
Sirna, que lanzó su sitio en mayo de 2012, asegura que esta herramienta está mostrando una efectividad hasta 6 veces mayor a Google Adwords. "Renuncié a mi empleo porque quería tener mi propia marca. No fue una decisión fácil, pero estaba seguro de lo que quería."
Los entrevistados afirman que de ninguna manera se insertarían laboralmente como empleados en una compañía. "A mí me gusta tomar mis propias decisiones, ser el dueño de mi propio destino", resume el fundador de TiendaNube, que confirma que, por el momento, vive con sus padres y está ganando por mes un sueldo similar al que cobraría en relación de dependencia. Leonardo Morsolín también vive con sus padres y, con 22 años, es Chief Operating Officer (COO) de MercadoTransporte, una plataforma que conecta personas que necesitan trasladar artículos o realizar mudanzas con empresas de transportes y transportistas independientes.
Este licenciado en Economía Empresarial de la Universidad Di Tella siempre supo que no quería ser empleado: "Un día, hablando con mi padre, que tiene una empresa de logística, me comenta que el principal problema consistía en la pérdida de dinero y de oportunidades de negocio por los viajes de regreso sin carga; ahí pensé en crear esta plataforma".
Mientras que el ejecutivo de TiendaNube piensa que cualquier persona puede convertirse en emprendedor en función de cuán comprometido esté con su proyecto, Sirna, que asegura que aún no está ganando mucho dinero con su proyecto, aunque la firma tiene previsto facturar 1 millón de dólares en 2014, disiente: "Hay cuestiones con las que uno nace. Tiene que estar en uno la actitud de arriesgarse a perder mucho, pero hacerlo igual".
"La persona tiene que tener cierta chispa y sentir pasión por lo que hace", comenta Morsolín, cuya plataforma facturó 30.000 dólares en 2012 en la Argentina, donde tiene 4000 usuarios activos.
"Hoy, armar una empresa basada en Internet es mucho más económico que hace diez años, y ser joven te da más posibilidades de poder equivocarte porque no hay que sostener a una familia", dice Caporale.
Con respecto a la búsqueda de inversiones, los entrevistados coinciden en que lo importante es presentar una propuesta simple, pero consistente, de cómo el proyecto puede ayudar a resolver una problemática, y los pasos a seguir para crecer. "El objetivo no debe ser sólo juntar plata, sino que ese dinero debe ser totalmente destinado a reinvertirlo en la empresa", observa Sirna.
En su caso realizó una demo de Shopear en su casa y la presentó en Wayra, una iniciativa de Telefónica Digital que apoya a los emprendedores tecnológicos, donde obtuvo 300.000 dólares.
Hoy, Shopear, del que el Grupo Telefónica es accionista, tiene presencia en la Argentina, Chile y Brasil, y cuenta con más de 1000 marcas, más de 50.000 productos y más de 100.000 de usuarios.
Lejos de echarse atrás, los entrevistados consideran que, si el proyecto fracasara, al menos aprenderán mucho de esa experiencia. Esa es la actitud..
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